Una decadencia reversible

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

06 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace 136 años que se fundó el PSOE y pronto hará 36 desde que este partido abandonó las tesis marxistas bajo el liderazgo de Felipe González, que había sido designado secretario general del partido en el Congreso de Suresnes (octubre de 1974). En 1982, el PSOE ganó las elecciones por mayoría absoluta y Felipe González presidió el Gobierno de España hasta 1996. A partir de aquí, y ya con en el PP en el poder, sobrevino el caos en el PSOE, con primarias y un período de bicefalia mal llevada, que facilitó una mayoría absoluta del PP. Pero en el 2004 Zapatero recuperó el Gobierno para el PSOE y ? etcétera. Porque, al recordar todo esto, solo pretendo que se perciba la relevancia del PSOE en nuestra democracia y sea posible entender su actual situación, después de la derrota de Zapatero en el 2011, cosechada tras una fatal interpretación de la crisis económica mundial que, incontenible y voraz, se desparramaba sobre España. ¿Conseguirá levantar la cabeza el PSOE de hoy? Hay quienes le auguran un futuro aciago, a pesar de su éxito de contención en Andalucía. Pero también están los que confían en su recuperación por la vía socialdemócrata de combinar crecimiento económico y reparto social equitativo. De algún modo, el PSOE aún representa esos equilibrios mucho mejor que sus adversarios del PP o de Podemos. Pero no está acertando a la hora de hacerlo visible, porque su discurso es demasiado romo e incierto. Me parece urgente que los socialistas dejen de improvisar ocurrencias y alcancen una especie de catarsis que los conduzca a la luz, es decir, a unas ideas programáticas claras. Unas ideas presididas por la sensatez y la centralidad, que puedan ser avaladas por la mayoría de la sociedad. Porque el PSOE sabe por experiencia que hay ideas buenas tanto a su derecha como a su izquierda, pero es necesario aglutinarlas y lograr los equilibrios esenciales que exige una sociedad moderna. El PSOE puede recuperarse y triunfar en un futuro próximo (ya lo hizo en el pasado), pero también podría debilitarse. Y esto no sería bueno para España. La decadencia del PSOE todavía es reversible y a esta tarea deben aplicarse con rigor sus actuales responsables.