¿Son extrapolables las elecciones andaluzas?

OPINIÓN

30 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Al salir de unas elecciones resulta inevitable dar una explicación pública de los resultados obtenidos. Va dirigida más a los militantes que a los ciudadanos. En unos casos se trata de no desanimar a los partidarios y en otros de evitar euforias peligrosas. Salvado el trámite, se impone una reflexión más profunda de lo acaecido en Andalucía si no se quiere caer en el autoengaño. No hay que darle muchas vueltas a lo que, escaño más o menos, preveían las encuestas. Son las declaraciones de los partidos las que podían enturbiar la visión, como también teorizaciones sobre el fin del bipartidismo. Lo ocurrido es bien sencillo: triunfo del PSOE, batacazo del PP, éxito de Podemos y de Ciudadanos. La convocatoria anticipada de elecciones fue una afortunada decisión táctica de la presidenta para sorprender a Podemos, el preocupante adversario del PSOE, en tanto que pretende constituirse en el referente fundamental de la izquierda una vez que ha fagocitado buena parte de IU. Sacar la conclusión de que Podemos ha fracasado al encontrarse por debajo de sus declaradas expectativas, me parece que es interesada. En definitiva, todos los partidos se autojalean y aunque conozcan las tendencias desfavorables de las encuestas afirman con una contundencia admirable que las van a derrotar. Ciudadanos, que partía de la nada, no necesitaba manifestarse como las otras tres formaciones que le superaron.

Una primera reacción de Rajoy es que esas elecciones no son extrapolables a las municipales y autonómicas y, sobre todo, a las generales que de verdad le preocupan, como a muchos ciudadanos. No parece muy probable que en estas últimas el PSOE vaya a pasar por delante del PP. No son o no deberían ser extrapolables a las municipales, por la mayor proximidad de los elegibles a los ciudadanos. Pero algo de extrapolación puede haber si se confirman los resultados en comunidades autónomas y ciudades importantes. La extrapolación puede admitirse si se considera que las elecciones andaluzas han revelado que ni el PP, ni el PSOE podrán acceder al Gobierno sin ningún pacto.

El presidente ha venido a reconocer que la reiterada proclamación de la mejora de la economía, en lo que se ha implicado como argumento principal, no ha sido eficaz. Y, sin embargo, confía una vez más en que ese reclamo permita rescatar el electorado perdido. Revela como una convicción de que existe un electorado propio, que a última hora, no tendrá más remedio que volver al redil. En eso radicaría la no extrapolación de lo de Andalucía, a pesar de que Ciudadanos ofrece cobijo a descontentos y descarriados. Por si acaso, sobran manifestaciones descalificadoras a adversarios políticos que pueden ser aliados. Existen muchas variables a valorar. Los pactos en Andalucía pueden suministrar pistas. No puede darse todo por previsto. El escenario no es el ya conocido; caben sorpresas. A veces, lo inimaginable golpea, como la irracionalidad de la reciente catástrofe aérea.