Irán e Irak

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

16 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En 1920 se determinó la unión de las antiguas provincias otomanas de Mosul, Bagdad y Basora para crear un nuevo país: Irak. La imposición de una monarquía foránea y la sucesión de gobiernos republicanos suníes consolidaría el sometimiento de los chiíes. La revancha llegaría tras la invasión del 2003. La aplastante victoria chií en el 2005 les dio carta blanca para extender su nepotismo en todos los puestos clave. Como consecuencia de ello, cuando el Estado Islámico (EI), el grupo terrorista suní al que se incorporaron todos los militares de carrera expulsados por el gobierno chií de Al Maliki y las tribus suníes que controlaban la zona occidental del país, atacó Mosul en junio del 2014, el ejército huyó en desbandada, no solo dejando la ciudad desprotegida sino facilitando un importante arsenal al enemigo. Meses después, sin mandos en el Ejército, el nuevo gobierno iraquí, más inclusivo que el de al Maliki, aunque también de mayoría chíi, ha tenido que recurrir a Irán y a sus milicias para recuperar el terreno. La expulsión del EI de Tikrit y de Mosul dará a los iraníes el control absoluto de Irak, salvo el Kurdistán.