11 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.
Es loable la intención del presidente Feijoo cuando encarga al conselleiro de Educación que busque el consenso sobre la educación y el gallego. Aquí, los más perjudicados por los enfrentamientos partidistas no son las partes, sino precisamente la educación y el idioma. Si estamos de acuerdo en la necesidad de cuidarlos, habría que conducirse con más cautelas en la refriega política. Cada uno desde sus legítimas posiciones.