La nueva izquierda

Pablo Mosquera
Pablo Mosquera EN ROMÁN PALADINO

OPINIÓN

09 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras las elecciones en Grecia se confirma la organización de una nueva izquierda en el sur de Europa. Con señas de identidad que el potencial votante percibe. Soberanía frente a las imposiciones de los mercados. Si en algún momento de la construcción de la Unión Europea se admitió que los Estados deberían trasladar su capacidad para gobernar a las instituciones de la UE, lo que no se podía imaginar el ciudadano es que iba a ser la economía basada en los préstamos, el control de déficit y la globalización, que nos lleva a buscar condiciones laborales y salariales capaces de competir con las economías emergentes, lo que iba a dar al traste con la sociedad del bienestar.

El discurso de la nueva izquierda que ha ganado en Grecia tiene dos parámetros ideológicos muy atractivos. Recuperar la dignidad y garantizar de inmediato el ejercicio de los derechos sociales de los ciudadanos. Se trata de un pulso con ese modelo economicista basado en la austeridad que ha fracasado. Y es que todo modelo de economía que no sea capaz de facilitar los derechos al trabajo, salario, pensión, sanidad, educación y vivienda, es un modelo inservible que conduce a la pobreza, a la desvertebración social, al desencanto con las clases dirigentes y a la violencia.

No hace falta que la violencia sea física, con manifestaciones callejeras y huelgas. Basta con la violencia de la presencia de nuevas y crecientes legiones de parias, que buscan desesperadamente una salida a la miseria.

La nueva izquierda ha puesto contra las cuerdas no solo a la derecha, también a la vieja e inservible izquierda, aburguesada, corrompida e incapaz de ponerse de acuerdo entre sus dirigentes para elaborar un discurso entendible por el pueblo. Ni las sonrisas, ni las primarias han servido para recuperar la confianza del espacio social propio socialista. Tanto PSOE como IU han dejado de ser la referencia para el voto de izquierdas.

La derecha hubo de refundarse. La UCD desapareció y el PP surge de un proceso de refundación. La izquierda sigue pensando que su «moderación es necesaria y tranquilizadora». Pero es que ese espacio ya lo ocupa el PP, de ahí que las alternativas reales sean PP y Podemos.