El informativo de las nueve de la noche es una institución en los hogares españoles, que en los últimos años han cambiado progresivamente la tradición de pulsar el número uno en el mando para saltar hasta el cinco. En el auge de Pedro Piqueras no hay que despreciar la contribución del nutrido legado que cada noche le entrega Pasapalabra. TVE quiere ahora trasladarle una herencia similar al que un día fue el informativo estrella reforzando sus tardes con El legado, de Ramón García. El presentador, en su registro más serio, voló al rescate con un concurso entretenido, no muy diferente del resto de la oferta de su género.
El legado, heredero del tópico de colocar a la mujer como secretaria, es un concurso dinámico de preguntas de cultura general que tiene entre sus atractivos el hecho de que algunas pruebas permiten a los espectadores competir entre sí desde casa. Lo desconcertante es su última prueba, denominada La guillotina, más propia de un sinuoso test psicoanalítico que obliga al concursante a exprimir su saber enciclopédico y sus neuronas en busca de una palabra misteriosa. La única pista que tiene son cinco palabras. Las de ayer eran: príncipe, boxeo, china, ojos y sol. La respuesta correcta: sombra. Aceptado está que la crisis ha obligado a TVE a recortar gastos, pero si es preciso rebajar el premio final hay pretextos mejores.