La madre del papa

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

18 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La película La vida de Brian se estrenó en Inglaterra en 1979, año que yo pasé en Londres. Recuerdo las airadas reacciones de parte de la prensa y sectores religiosos, que la acusaron de blasfema, y su prohibición en países como Noruega e Irlanda. Pues bien, en un alarde de genialidad y sentido del humor, los miembros de Monty Python salieron en Not the Nine o?clock News, una parodia del telediario, entrevistando indignados al director de La vida de Cristo, al que acusaban de blasfemo. Hoy La vida de Brian se proyecta con normalidad en toda Europa y a nadie le despierta más que carcajadas. También las grandes obras maestras de la literatura están llenas de sentido del humor, desde la Odisea, donde Ulises no hace más que reírse de sí mismo, hasta el Quijote. Porque el problema surge cuando los seres humanos -tan poca cosa en la inmensidad del universo- se toman demasiado en serio a sí mismos, que de los demás sí que se ríe cualquiera. Las cosas más profundas en realidad son las asas de la estación espacial a las que un astronauta se agarra para no salir flotando por el espacio infinito. Creo que la falta de sentido del humor no denota más que inseguridad y miedo. Pero las cosas hay que llevarlas al terreno de la convivencia, y eso es lo que ha hecho sin querer el papa: si te metes con mi madre, te arreo un puñetazo. Por fin una conducta razonable. Un precio justo. Porque yo no sé si la exagerada sensibilidad religiosa no esconderá una duda existencial. Como la de San Manuel Bueno, mártir.