Tiempo de Navidad y novedad

OPINIÓN

29 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Francisco no para de insuflar aires renovados a la Iglesia católica. Convirtió lo que era un discurso protocolario del papa a la curia vaticana con ocasión de las fiestas navideñas en un impresionantes aldabonazo a las conciencias de los que allí trabajan (que bien puede servir para las curias diocesanas, como él mismo indicó). Los cardenales y funcionarios vaticanos no salían de su asombro.

El papa enumeró las 15 enfermedades que acechan a la curia romana, comenzando por la de sentirse inmortal o indispensable. Habló de la excesiva laboriosidad (hay un tiempo para cada cosa, afirmó tajante); de la fosilización mental y espiritual; de la excesiva planificación y del funcionalismo; de la mala coordinación (se convierten en una orquesta que produce ruido porque sus miembros no colaboran y no viven el espíritu de comunión y de equipo); del alzhéimer espiritual (perder la memoria agradecida de la vida); de la rivalidad y de la vanagloria (cuando la apariencia, los colores de la ropa o las medallas honoríficas se convierten en el primer objetivo de la vida); de la esquizofrenia existencial (la de quienes viven una doble vida, fruto de la hipocresía del mediocre y del progresivo vacío espiritual que los títulos académicos no pueden llenar); de los chismes, de las murmuraciones y de las habladurías.

Francisco también alertó contra la enfermedad de divinizar a los jefes (cortejar a los superiores, esperando obtener su benevolencia, víctimas del carrerismo y del oportunismo, que honran a las personas y no a Dios). Habló de la indiferencia hacia los demás; de la cara de funeral; de la acumulación de bienes materiales para llenar un vacío existencial (el sudario no tiene bolsillos); de los círculos cerrados, en donde el grupito se vuelve más fuerte que la pertenencia a la Iglesia. Y de la enfermedad del provecho mundano, del exhibicionismo, cuando el sacerdote transforma su servicio en poder, y su poder en mercancía para obtener provechos mundanos o más poder... Todo un programa para el año nuevo, sí señor.