El enaltecimiento de lo grotesco

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

08 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Valle Inclán fue un visionario. El genio gallego vislumbró nuestro presente con sus esperpentos. No esperaba uno, en su ingenuidad, un tiempo tan gris para el intelecto y el espíritu. Pensé que la Pokémon-Campeón-Carioca era el culmen, último homenaje de los gallegos a su «ilustrísimo» tantas veces olvidado, don Ramón de negra guedeja y luenga barba. Pensé que un ministro en la gasolinera, o el presidente de la Hidrográfica de no sé dónde con su patanería, o alcaldes de sobre en mano, o de ingreso día tras día en el banco, etcétera, eran los últimos párrafos de lo valleinclanesco. Me equivoqué. Como me equivoqué con la miseria moral de algunos socialistas y sindicalistas andaluces jugando con dinero destinado a los obreros, o los populares a los que les tocaba todos los años la lotería. Siempre hay un nuevo capítulo para que se enaltezca lo grotesco. Basta observar cada día los noticiarios. La folclórica encarcelada importa más que el premio Cervantes. Un tal Nicolás, al que apodan El Pequeño, interesa al respetable público más que el físico gallego (el mejor de Europa) que vuelve a Galicia. Me rindo. Seguramente en días próximos leeremos nuevos capítulos de esta crónica de la vulgaridad en la que han caído Galicia y España. Me queda el consuelo de que fue un gallego el inventor de esta teoría del conocimiento. Leo a Valle y todo lo comprendo: la realidad deforme nos ha vencido. Lástima.