Una ausencia enigmática en el documento de Podemos

Albino Prada
Albino Prada CELTAS CORTOS

OPINIÓN

08 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El documento de Podemos presentado con el título Un proyecto económico para la gente desarrolla en 68 páginas un diagnóstico sobre las causas y estado actual de nuestra economía que considero acertado y muy clarificador. Sin duda, habrá otros colegas que no comparten esta valoración y veo que así lo manifiestan. Por mi parte, felicito a los profesores Torres y Navarro por haber cumplido con un notable alto el encargo que les había sido realizado.

Si tuviese que destacar en qué aspectos me parece que el análisis y las propuestas, son especialmente pertinentes y necesarias, diría que en lo relativo a la posición que debe mantener España en la Unión Europea (singularmente en la eurozona) en todo lo relativo a la gobernanza económica, también en lo referido a nuestro sistema público de pensiones o a la reconducción de un mercado laboral que está alcanzado un nivel de desregulación salvaje. Sobra decir que en estos asuntos podrían hacerse matizaciones y propuestas de mejora del documento, pero tiempo habrá y a buen seguro los círculos de Podemos aportarán las mismas cosas que yo me dejo en el tintero. A falta de eso, lo dicho: notable alto.

Sin embargo hay una ausencia en el documento que me parece sustantiva. Más aún si ,como supongo, ha sido leído y revisado por otras personas antes de ser presentado. Es sustantiva porque en él se defiende «garantizar el ejercicio del derecho al trabajo que reconoce nuestra Constitución» (p. 12), se dan cifras sobre el desempleo masivo (especialmente juvenil) y al mismo tiempo se señala que «España tiene una tasa de fecundidad alarmantemente baja» (p. 28). Y porque el documento se marca como objetivo central «frenar el destrozo» social (p. 35) y «rescatar a las personas» (p. 36) dañadas por la crisis.

Pues bien, con estos precedentes es muy difícil entender que en todo el documento no se haga ni una sola mención a los más de un millón de jóvenes españoles que han sido expulsados por la crisis a la emigración forzosa. Porque, según la Encuesta de Población Activa, los activos de nacionalidad española entre 16 y 34 años han pasado de 7,5 millones en 2007 a 5,7 millones en 2014. La mayor parte de esa diferencia son emigrantes forzosos. Por no hablar aquí de los retornados no españoles.

Es una ausencia más que enigmática por cuanto me consta que Podemos cuenta con círculos muy cualificados en la emigración («no nos vamos, nos echan»), y porque son habitualmente otros (los propagandistas de la recuperación económica en marcha) los que silencian, con toda intención, que de no haber esta válvula de escape, que ellos llaman movilidad geográfica, el volumen de paro en España pasaría de más de cinco a más de siete millones. Son ellos los que menos derecho al trabajo han tenido, los que han visto destrozado el proyecto de vida en su país de nacimiento (como bien saben sus familias) y los que, con su salida, complican en grado sumo el futuro.