¿Por qué cobraban los expresidentes de Caja Madrid y Bankia ahora imputados tan generosos emolumentos? ¿Por su formación e información para saber por dónde evolucionaría el sector? ¿Por su capacidad para diseñar el futuro de la entidad? ¿Han admitido responsabilidad en el agujero que hubo de ser tapado con miles de millones del dinero de todos? ¿Por su compromiso para garantizar los fines sociales que distinguían, se supone, a las cajas de ahorros? ¿Admitieron haber tenido algo que ver con el escándalo de las preferentes? ¿Por su capacidad para seleccionar al equipo directivo? ¿Por su rigor al fijar las retribuciones de los altos directivos? ¿Por su estricto control del destino de los fondos de la caja? ¿No están atribuyendo a otros la responsabilidad de las tarjetas opacas de gastos millonarios? ¿Es persecución o puro populismo que la cúpula que les sucedió llevase al FROB lo que a ellos les pareció normal?