Bulos, mejor en cuarentena

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez MOITO CONTO

OPINIÓN

13 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Difundir falsedades malintencionadas por WhatsApp y por las redes sociales y provocar el pánico entre la población se ha convertido en una moda peligrosa. Un cóctel difícil de frenar. Máxime, si los embustes (conocidos como hoax en el mundo tecnológico) se disfrazan de noticias. El caso de positivo por ébola en España ha infectado la Red de todo tipo de infundios. Capturas manipuladas de medios (algunas muy burdas) en las que se informaba de la supuesta aparición de nuevos casos (como el de un camarero en Santiago, con nombre del afectado incluido) han desestabilizado y confundido a no pocos usuarios. Los autores de los bulos, auténticos irresponsables y gamberros 2.0, han aprovechado la alerta social generada (amplificada por la ineptitud de unas autoridades que han fracasado a la hora de transmitir tranquilidad) para tratar de propagar de forma viral la histeria y convertirla en pandemia. Ya sea con intención jocosa, daniña o, simplemente, por el ansia de alimentar su ego virtual, sus emisores también han logrado recrearse en la ingenuidad de la sociedad. Ante la duda, lo más sencillo es corroborar en los medios la noticia. También se aconseja desconfiar (casi siempre) de los pantallazos y de informaciones alarmistas. Sobre todo se debe ser cauto y no darle oxígeno a la epidemia virtual.