El ocaso de los Dioses

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

28 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

No somos iguales, ni siquiera parecidos, de hecho, somos tan distintos que da la impresión de que habitamos otros planetas. La diferencia subyace en algo más primigenio y básico: en que hay ciudadanos de primera y de segunda, personas que se saltan, manipulan y utilizan la ley como les viene en gana y ciudadanos a los que, la más mínima infracción puede suponernos graves consecuencias. Y eso, en un Estado de Derecho, es inaceptable. No es admisible que, mientras muchos españoles han sido desahuciados por no poder hacer frente a una hipoteca que el espejismo de la bonanza económica les alentó a contratar, otros tengan cientos de millones de euros en el extranjero. No es admisible que habiendo más de cinco millones de parados, cuatro mangantes se hayan forrado a golpe de comisión sobre todo contrato, gestión o negocio que se hacía en su feudo. No es admisible que, mientras se recortan servicios sanitarios, se suspenden contrataciones públicas, se suben los impuestos y se bajan los salarios, unos impresentables acumulen fortunas ilícitas robando y extorsionando y que, para perpetuar su cacicada, hayan inventando una «república independiente». Tan seguros en su castillo, sin embargo, han ignorado la enseñanza de la historia, y es que, tarde o temprano se produce el ocaso de los dioses y con ellos la caída de su imperio. Para los Pujol y compañía, por fin ha llegado.