El nombre forma parte de la tan cacareada marca España. ¿Por qué se llama El Corte Inglés y no el corte sueco o escocés? Es curiosa la historia: porque así se llamaba una pequeña sastrería infantil fundada en 1890 entre las calles Preciados, Carmen y Rompelanzas en Madrid y que, años después, compró Ramón Areces avalado por su tío César Rodríguez. Y aquella tienda tenía fama de elegancia en el corte. La empresa ha notado la crisis, como todos en este país. Pero Isidoro Álvarez la conocía como la palma de su mano, sesenta años en los grandes almacenes y un cuarto de siglo al mando, que se dice y se escribe pronto, pero... Toca otro cambio generacional forzoso en España. No es una epidemia. Ni hay una conjura. Es solo la edad, las generaciones. Pero sí es cierto que los agentes políticos, sociales, económicos y, a ver si algún día, también culturales (que parece que en la cultura siempre siguen los mismos) que tendrán que tomar las decisiones en este país van a ser otros. Y los proyectos son las personas. No hay otra. Si usted elige un buen equipo, tendrá un buen resultado. Y las personas en España están cambiando tras décadas sin que sucediesen las sucesiones. Esperemos que los nuevos (Dimas tiene 38 años) acierten, también en El Corte Inglés, donde trabajan casi cien mil personas, una ciudad entera. Por el bien de ellos y de todos.