Todo va bien. Y quien se empeñe en cuestionarlo o en criticar es que solo quiere poner piedras en el camino o palos en las ruedas.
Si hasta Merkel ha venido a promocionar el camino de Santiago. Lideramos el crecimiento en Europa, vuelven a aumentar las hipotecas (¿nos pondremos a construir de nuevo más que nadie?) y el Gobierno sigue presumiendo del descenso de la prima de riesgo (que haya bajado en proporción similar en Portugal, Italia o hasta en Grecia debe de ser también mérito suyo).
Por si fuera poco, Rajoy subrayó en su discurso de Soutomaior (Sotomayor, según el texto difundido por el PP) que «ya hay menos personas inscritas en el INEM, es decir sin trabajo, que cuando llegamos al Gobierno». Lo que no figura en el Inem no existe. Ya se sabe que no hay emigración, sino movilidad exterior, y los que desisten de inscribirse en las oficinas de empleo no es que desesperen de encontrar trabajo, debe de ser que no quieren trabajar.
Todo gracias a las medidas del Gobierno. «Hemos sido justos y equitativos a la hora de tomar decisiones», subrayó el presidente. Que las diferencias sociales hayan crecido en España como en ningún otro lugar de Europa o que la pobreza esté llamando a las puertas de miles de hogares debe de ser una invención de los que se empeñan en negar la evidencia de lo bien que nos va.
Porque, además, «sigue habiendo ayudas sociales para las personas que están en situación más complicada», afirmó también. Es cierto. No han desaparecido. Solo se han recortado.
«Habrá errores, pero España es una gran nación», subrayó al concluir. Absolutamente de acuerdo en ambas afirmaciones. No queremos poner palos en las ruedas.