La última oportunidad

Tino Novoa EN LA FRONTERA

OPINIÓN

02 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El momento y las formas a veces son inseparables del contenido. Las medidas de regeneración democrática eran una necesidad tan demandada por los ciudadanos como las acciones contra la crisis. Y lo eran desde hace años, desde la anterior legislatura incluso. Por eso se hablaba de ellas en los programas electorales. Pero han pasado ya tres años desde los comicios y, más allá de exhibiciones de cara a la galería, prácticamente nada se ha avanzado. Hasta que llegan las europeas, los electores zarandean a los dos partidos mayoritarios y estos le empiezan a ver las orejas al lobo. Así que sacan de la chistera un conjunto de propuestas que hasta ahora habían acumulado polvo en un cajón y pretenden aprobarlas en un par de meses. Si en general no es bueno precipitarse, en este caso aún menos. Prueba de ello es que incluso hay desajustes entre las posturas del Gobierno y las del PP. La rehabilitación de las instituciones es tan necesaria y tan urgente que debe hacerse cuanto antes, sí, pero sobre todo bien. Es decir, yendo a la raíz y tomando medidas que realmente resuelvan los problemas. Ni se puede debatir con la espada de Damocles de un plazo prefijado, ni se pueden mezclar churras con merinas en la negociación ni se puede condicionar el diálogo a cuestiones ajenas a la regeneración democrática. Es la última oportunidad de PP y PSOE para recuperar la credibilidad de la política. Si fracasan, lo pagaremos todos, pero ellos los primeros.