No es que encuentre mal que gobierne la lista más votada. Quizás sea lo más ecuánime. Ahora bien, este tipo de decisiones tienen que ser consensuadas por todas las fuerzas políticas, y no que el Partido Popular, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, proceda a echar mano del rodillo que le otorga su mayoría absoluta, y lleve a cabo una reforma electoral que le garantizaría, por ejemplo, el poder en toda la Galicia urbana. A mi entender eso es hacer una trampa legal. Conocedores de lo que les deparan las urnas en las próximas municipales, optan por legislar en beneficio exclusivo de sus intereses. Legales, pues pueden hacerlo, pero tramposos al fin y al cabo. No sé como no se le cae la cara de vergüenza a los ideólogos de semejante artimaña. Sí a que gobierne el partido que sacó el 40 % de los votos, y no el que fue votado por tan solo un 16 %, en alianza con el que obtuvo un 14 %, con la ayuda de dos formaciones testimoniales que obtuvieron un 6 % y un 5 % respectivamente. Pero con matices. Con seguridad la gobernanza de ese concello resultaría harto complicada, pero en democracia eso es preferible a que a escasos meses de las elecciones se cambien las reglas del juego de esa forma tan rastrera. No acudir al consenso en esta materia es un golpe de Estado a la democracia.