Stones

Luis Ferrer i Balsebre
Luis Ferrer i Balsebre EL TONEL DE DIÓGENES

OPINIÓN

06 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Uno de los aromas de nuestro tiempo es la debilidad de las vanguardias. Da la impresión de que estas pasan a ser retaguardias en cuanto asoma la sombra de una antigua gloria.

El último concierto de los Stones es buen un ejemplo. Parece que entusiasma más volver a escuchar el Angie o el Satisfaction que cualquier otro tema de las últimas tendencias. Es verdad que se hacen cosas muy interesantes actualmente, pero siguen siendo de un interés blando comparadas con la solidez de un concierto de los Rolling.

No asistí al espectáculo de Madrid, pero las imágenes que vi me dieron que pensar. Primero que eso de ir a ver a los Rolling es algo parecido a asistir a la fiesta del 30 aniversario de la promoción. Se trata de no sucumbir a la nostalgia y por eso los asistentes -mayoritariamente cincuentones- van disfrazados como cuando asistieron a los veinte, sacan la misma lengua y abanican las manos poniendo los cuernos como Mike Jagger. Pelín patético, pero admirable en gente de esa edad. El resto eran jóvenes que no querían dejar pasar la posibilidad de ver un clásico viviente. Cualquiera haría lo mismo si pudiera ir a escuchar un concierto de Beethoven o de Antonio Molina. ¿Se imaginan tener la posibilidad de asistir al concierto para piano interpretado por el propio autor o enardecerse escuchando el Soy minero a tres metros de distancia del prodigio? Algo parecido a poder tomarse un cafelito con Marx o con Freud en el Bernabéu.

Entiendo muy bien a esos muchachos. Los Rolling, como los Monty Python o Les Luthiers, son algo más que lo que hacen en el escenario, son individuos que han construido nuevas realidades, que han cerrado y abierto nuevas páginas en nuestra historia. También Serrat y Sabina andan por ahí haciendo bolos y llenando estadios, igual que otros septuagenarios como los Scorpions. Charles Aznavour, Leonard Cohen, Bryan Ferry o Raphael ¿Qué pasa para que se dé este éxito con las reapariciones?

Vale que son historia viva y que sus contemporáneos somos mayoría, pero no hay menos argumento en pensar que es que no se atisba nada mejor en el panorama actual y que lo que hay no deja de ser una interpretación del original.

O será que nos pasa como a los cuervos viejos que, si los crías en una jaula y de talludos les abres la puerta, no son conscientes de que pueden salir ni de que haya más mundo allí afuera, y se quedan en la jaula. O en los Stones.

A lo mejor es eso.