Regenerándonos, o así

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

03 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Mientras la instrucción del juez Ruz avanza en torno al caso Bárcenas, evidenciando la existencia de una caja b en la financiación del Partido Popular, argamasa del poder interno, y las declaraciones toman cuerpo en la instrucción judicial, incluyendo el feo asunto de Toledo y las elecciones en Castilla-La Mancha denunciado por Bárcenas, los resultados de las elecciones europeas pareciera que han llevado al presidente Rajoy a esbozar una tímida reflexión sobre un cierto regeneracionismo en la vida política española. Reflexión que me confunde.

Luego de los casos Roldán, Filesa o Naseiro, allá por los noventa, este Partido Popular lanzó un discurso de regeneración que a la luz de lo visto en los sucesivos procesos judiciales, desde la Gürtel a los cursos de formación, los ERE o la Pokémon, no calaron en la conciencia política de los propios impulsores, ni impidieron un sinfín de tropelías.

La reflexión es recurrente en las medidas anticorrupción, anunciadas hace un año y tres meses, pero que siguen sesteando entre el Gobierno y las Cortes sin que las previsiones puedan garantizar su entrada en vigor en esta legislatura.

Por lo que respecta a los aforados y su número, más lo privilegios procesales que de ello se derivan, solo cabe ver al anterior jefe del Estado francés detenido y declarando por los casos de financiación de sus campañas presidenciales para reconocer las diferencias que vivimos. E incluso preguntarse si el Senado, tal que hoy, tiene función real más allá de su capacidad de aforamiento.

Más preocupante parece proponer como regeneración democrática la elección de alcalde, que solo afecta en parte al poder municipal, y excluye a las diputaciones provinciales.

Comprendo que la provincia es el corazón del sistema electoral, el que articula mayorías y minorías, y el que en función de la normativa electoral puede resultar excluyente para las fuerzas minoritarias.

La provincia es el alfa y omega del sistema político español, y por ello las diputaciones provinciales son núcleos principales de poder, más que instituciones útiles para la gestión de lo público. Abordar recortes en los diputados autonómicos, o en el número de ayuntamientos, por más que tuviera relativa racionalidad, lo que realmente oculta es el blindaje de las diputaciones y su utilidad para el sistema de poder electoral. Por ello, plantear como medida de regeneración democrática la elección directa o la investidura como alcalde del cabeza de lista más votada, anunciada por Rajoy, debe interpretarse más como medida tranquilizadora para sus correligionarios, inquietos por la posible pérdida de su poder local, que como actuación regeneradora de la democracia.

No me atrevo a imaginar cuál será la respuesta del Partido Socialista y de las otras fuerzas políticas a tales propuestas regeneracionistas, o así, esbozadas por Rajoy. Pero si el Partido Popular, en su soledad de mayoría absoluta o acompañado de los socialistas, limita la regeneración democrática a este juego malabar, dudo mucho que quienes votan lo consideren suficiente. Aumentando los de enfrente.