Rubalcaba, nuevo héroe del PP

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

16 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Rubalcaba fue en el imaginario de la derecha la personificación de todo lo peor en política. Era el portavoz del Gobierno de los GAL, el responsable del chivatazo a ETA, el manipulador partidista de los atentados del 11-M, en fin, un político maquiavélico, sin escrúpulos ni principios, urdidor en la sombra de diabólicas operaciones contra sus adversarios. De repente, tras anunciar su retirada, se ha convertido en un hombre de Estado «ejemplar», aplaudido sin disimulo por los diputados populares tras su «fantástico» discurso en defensa de la ley de abdicación, como ya habían hecho antes en el debate sobre el proceso soberanista catalán. Diríase que el caído Rubalcaba es el nuevo héroe del PP, como también sucedió con Felipe González, que pasó de ser un terrorista de Estado y el símbolo del paro, el despilfarro y la corrupción a referencia de autoridad para algunos dirigentes del partido. De derrota en derrota hasta la catástrofe final, el líder socialista era un seguro de vida, un chollo total para Rajoy, que le ha golpeado una y otra vez con esa herencia recibida que al iniciar su mandato dijo que no utilizaría y no ha dejado de hacerlo un solo día. Colmado de elogios de quienes antes le consideraban poco menos que un Satanás de la política, Rubalcaba tiró de ironía, «los españoles somos gente que enterramos muy bien». Que no se equivoque, cada aplauso de la derecha le cuesta votos a su partido. Cada sí de los diputados socialistas a la abdicación, entendido como respaldo acrítico a la monarquía, aumenta la sangría. Hay alabanzas y aplausos que matan. Hasta el último día, Rajoy ha sabido aprovecharse de la implacable decadencia de Rubalcaba, ese hombre de Estado ejemplar que ha hecho su último servicio.