Una patronal insaciable

Manuel Lago
Manuel Lago EN CONSTRUCCIÓN

OPINIÓN

13 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Desde que en 1980 se aprobó el Estatuto de los Trabajadores, nada se ha reformado más en España que el mercado de trabajo. Un reciente estudio de la Fundación Primero de Mayo cuantificaba, una por una, las 52 reformas laborales que llevamos. Todas nacidas del mismo discurso, una supuesta rigidez extrema de las normas laborales, y todas con la misma receta, desequilibrar en favor de los empresarios las relaciones laborales.

Con este diagnóstico y ese objetivo de flexibilizar llevamos ya más de 30 años favoreciendo la contratación temporal, deteriorando los derechos laborales, facilitando y abaratando el despido, reduciendo las prestaciones a los desempleados y un largo etcétera que todos los asalariados conocen porque lo sufren cada día.

Treinta años reformando el mercado de trabajo, siempre en la misma línea, para acabar con seis millones de personas buscando trabajo y una tasa de paro del 26 % que hacen de España el país con el mayor problema de desempleo del mundo. Y la insaciable patronal española aún quiere más. Apenas han pasado dos años de la última reforma laboral y ya no les llega. Una reforma que el Gobierno impuso contra la opinión mayoritaria de los ciudadanos para dar satisfacción a lo que venía pidiendo la CEOE desde hacía años.

Los resultados están a la vista. Desde que está en vigor se han destruido 1,3 millones de empleos asalariados; se ha precarizado aún más, cambiando empleo indefinido a tiempo completo por empleo temporal y a jornada parcial; el número de parados se incrementó en un millón de personas, a pesar de que la población activa bajó en 250.000; los salarios han perdido un 10 % de su poder adquisitivo y la protección a los desempleados ha bajado el 25 % y ya solo cobra prestación uno de cada tres parados, según la EPA.

Ante un balance tan desastroso, lo racional sería constatar su fracaso y dar un giro en la estrategia, cambiando precariedad por empleo estable y con derechos. España es el campeón entre los países desarrollados del paro y de la precariedad. En ningún país de la OCDE hay tantos parados y tantos contratos temporales. Aunque resulte difícil de entender, en los cinco años completos de la crisis, desde el 2009 al 2013, se han formalizado en nuestro país 72 millones de contratos de trabajo. En las oficinas del antiguo INEM coinciden las dos colas más largas de la Unión Europea: la de los desempleados y la de los registros de contratos. ¿A nadie de la patronal o del Gobierno se les ha ocurrido pensar que a lo mejor ambas colas están relacionadas? ¿Que el verdadero problema del mercado de trabajo español es su precariedad extrema?

Extraña forma la de la CEOE de entender la salida de la crisis. Ahora que se les llena la boca alabando al Gobierno y anunciándonos que, gracias a los recortes, lo peor ya ha pasado, van y nos dicen que para los trabajadores aún no. Que la recuperación es solo para las empresas, que la gente aún tiene que sufrir más, que van a aprovechar los estertores de la crisis para darnos la última dentellada, demostrando que son una patronal insaciable.