El paso esta semana por Galicia del Premio Nobel de medicina alemán Harald zur Hausen ha dejado muchos titulares. El primero, su claridad acerca de la absoluta seguridad de la vacuna contra el virus del papiloma (más segura que muchas convencionales, como las de la hepatitis, sobre las que nadie discute), para proteger a las mujeres de diferentes cánceres y problemas genitales. Es más, insistió en la conveniencia de vacunar también a los niños, dado que en nuestra cultura ellos serán más promiscuos y, por lo tanto, los principales agentes transmisores. No solo eso: a los varones la vacuna también los protege de varios cánceres en la garganta (cuya incidencia está aumentando por el aumento del sexo oral) y otros menos frecuentes de pene y ano (en aumento en la población gay). Pero sin duda lo más espectacular fue la constatación de que, como mínimo, 1 de cada 5 cánceres es de origen infeccioso. Ah, y un dato de su investigación actual: en Japón la incidencia del cáncer de colon se triplicó en apenas veinte años, algo que él vincula al consumo de carne vacuna casi cruda. El bistec, mejor bien hecho.