El poeta y el manicomio

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

03 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Otra vez conviene separar al artista del personaje. Es fundamental para entender su obra. Leopoldo María Panero tiene versos que vivirán siglos. Hallazgos que incendian almas y que convierten en astillas cualquier corazón. Pero Leopoldo María Panero también fue el personaje que iba de manicomio en manicomio y que concedía entrevistas en las que él mismo explotaba su condición al límite. También en esas entrevistas a veces estaba la fuerza bruta, salvaje, casi de muro de cementerio, de sus palabras. «España está mas loca que yo», por ejemplo. Venía de familia de artistas que permitió filmar en su día cómo se devoraban a sí mismos. Una referencia para muchas generaciones de aficionados al maldito malditismo. Ahora Leopoldo María Panero ya no está en su versión de barraca de feria. Ahora ya no se escapa del manicomio para dormir en los bancos de un parque en Las Palmas. Ahora están esos libros en los que fue capaz de acertar con las palabras como últimas voluntades. Dice la editorial que publicará su póstuma Rosa enferma que Leopoldo María nunca le habla tan bien y tan cerca de la muerte. ¿Sabía que escribía su despedida? «Y hacer de mi cadáver mi último poema».