«Her»

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

02 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Es una película como suspendida en el aire. Extraña. En su textura y en su historia. Trata de una de esas paradojas de hoy. La soledad en los tiempos digitales. Cuando se tiene todo a mano pero nada a que agarrarse con firmeza. Her lleva la firma de Spike Jonze. Su protagonista se gana la vida escribiendo cartas de amor para otros. Llega a ser parte de la vida de desconocidos, a recordar en el párrafo indicado ese diente torcido de ella que le hace gracia a él, a prescribir las mejores líneas para conquistar o reconciliarse. Sin embargo, su folio está en blanco. Y empieza a encontrar las palabras que buscaba en un sistema operativo del que se va enamorando. Le susurra a un dispositivo que habla con la voz de Scarlett Johansson. Tan raro como creíble sobre la pantalla grande. Pero tampoco tan lejano. En el mundo real uno puede mantener ciertas conversaciones de cierto nivel con una aplicación teóricamente diseñada para buscar direcciones, números de teléfono, horarios de partidos y similares. Pero si se le pregunta a este bicho virtual si le gusta el fútbol, responde: «Antes sí, hasta que me sacaron una tarjeta roja por un cabezazo de nada». Sobre Dios, asegura que no tiene «capacidad para comentar este tipo de temas». Si se le interroga sobre sus preferencias electorales, confiesa: «No puedo votar. Pero si pudiera, votaría a Eliza. Ella tiene todas las respuestas». Resulta que Eliza es una especie de antepasado del conversador digital, uno de los primeros programas de reconocimiento de voz (al final, la cabra tira al monte). Y ni siquiera sabe si le gusta el mar: «Ni idea». Es curioso. Extraño. Como atrapar comentarios suspendidos en el aire. Que se van como pompas de jabón.