La inefable doble fila

Gonzalo Ocampo
Gonzalo Ocampo EL RETROVISOR

OPINIÓN

01 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Estacionar un automóvil en doble fila es, tal vez, la más dañosa y contumaz de las infracciones en el tráfico urbano. La ley es inequívoca, pues prohíbe incluso parar «en los carriles o partes de la vía reservados exclusivamente para la circulación» y, sin excepción, prohíbe estacionar en doble fila. No basta la radicalidad legal. La infracción persiste y se extiende, desafiante y crecida ante multas, inmovilizaciones, retiradas. Es la cruz de la circulación en las ciudades y obliga a maniobras extremas forzando frenadas u obligando a desviaciones bruscas en la marcha de otros vehículos. Es egoísta. Por eso la persistencia de la doble fila, a costa de infinitas proclamas para aniquilarla, hace de ella un acontecer inefable, inexplicable con palabras, aunque sí con la impotencia para vencerla.