La policía también se equivoca

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

15 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuando Susanna Griso le habló a Jordi Pujol de los papeles de la UDEF, Pujol le respondió: «¿Qué coño es la UDEF?». Depende de cómo se mire. Oficialmente, la unidad policial que persigue la delincuencia económica y fiscal. Judicialmente, la herramienta de los instructores para meterse en la maraña de la corrupción y, por tanto, primer instrumento de acusación. Políticamente, un arma de máximo poder, porque no debemos olvidar que la policía depende orgánicamente del ministro del Interior. Por tanto, cada delito que persigue es una prueba de independencia, sobre todo si los investigados pertenecen al partido en el poder. Y humanamente, una entidad que también puede equivocarse. Conviene tenerlo presente, porque estamos en un momento delicado: cada persona señalada por la UDEF se convierte de forma automática en corrupto. Y previamente condenado.

Hago estas definiciones después de conocer un informe (que, por cierto, no he visto publicado) sobre la Gürtel que ha sido remitido al juez Pablo Ruz. En ese documento de 338 páginas se identifica a «Pac», uno de los máximos perceptores de dinero de Gürtel, como Francisco Correa, el cabecilla de la trama. El detalle no sería novedoso ni trascendente si no fuese por un antecedente: en un informe anterior, curiosamente firmado por el mismo inspector jefe, se decía otra cosa: se afirmaba que el tal «Pac» era Francisco Álvarez Cascos, que fue secretario general del PP hasta el año 1999. La diferencia de calendario de ambos informes es pequeña: de menos de un mes. El primero está fechado el 31 de enero; el segundo, el 28 de febrero. Las consecuencias son dramáticamente contradictorias. Entre Franciscos anda el juego, pero ¿cuál de los dos informes contradictorios es el bueno? ¿El que denuncia al señor Álvarez Cascos o el que apunta al señor Correa? Lo sabremos con seguridad la próxima semana cuando Pablo Crespo, autor de las anotaciones de pagos, declare ante el juez; pero hace unas semanas declaró en el programa La Sexta noche: «El señor Cascos no es Pac». Y su abogado, Miguel Durán, declaró en el programa El gato al agua: «Es otra persona; estoy en condiciones de afirmar que no es don Francisco Álvarez Cascos».

El tema es serio, porque Cascos ha tenido que desmentir esos cobros con la escasa credibilidad que se da a los imputados, lleven su nombre, el de Magdalena Álvarez o el de cualquiera obligado a proclamar su inocencia. Durante mes y medio ha pasado por un corrupto para mucha gente. No trato de desprestigiar a la UDEF, cuyos servicios a la limpieza ética merecen más que un homenaje. Pero, cuando se trata del honor de las personas, es recomendable alguna mayor seguridad. Y desde luego, escapar de la precipitación.