S i Tolkien levantara la cabeza, vería a Peter Jackson por todas partes. Nadie le ha sacado tanto rendimiento a unos libros. James Cameron aparte, Jackson es el otro auténtico señor de los millones. Si las tres películas de El señor de los anillos fueron escalando puestos en el ránking de récord de recaudación, desde los más de ochocientos millones de la primera parte, a los casi mil de la segunda, hasta los más del mil cien de la tercera, trocear El hobbit le ha salido todavía mejor. Tolkien escribió tres tomos enormes de El señor de los anillos, y apenas unos cien folios de El hobbit, pero a Jackson le ha dado igual. De ambas fábulas ha sacado trilogías. Si el capítulo final en el cine de El señor... se coló en el top ten de las películas más taquilleras (figura como séptima), las dos primeras partes de El hobbit podrían acceder al milagro de superar los mil millones. La primera ya lo ha hecho. Y la segunda lleva camino de ello. Ese hombre pausado y tranquilo que compartía el gusto por la pipa con sus criaturas de la Comarca estaría alucinado con lo que ha conseguido Peter Jackson con sus efectos especiales y su facilidad para hacernos vivir una aventura tras otra sentado en el patio de butacas. Soy el fuego, soy la muerte, dice el dragón que nos ha dejado a todos esperando, ansiosos, la tercera parte, que no llegará hasta el 17 de diciembre. Los que no teman conocer el final tienen el libro en las librerías.