De la recesión al estancamiento

OPINIÓN

08 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El escenario más probable, aunque sometido a una elevada incertidumbre, es que en el 2014 la economía española deje atrás la recesión. Pero para dejar atrás la crisis aun nos queda un largo recorrido. Volver a tasas positivas de variación del PIB no solo es probable, sino que es la lógica del ciclo capitalista, en el que a las fases de recesión les siguen las de expansión. Lo raro, en realidad, es la enorme duración de la actual fase recesiva, la más larga desde hace 50 años, que se explica en parte por los profundos desequilibrios acumulados por la economía española pero, sobre todo, por la política económica impuesta por la Troika.

Salir de la crisis es otra historia. Volver al nivel de PIB que teníamos en el 2008 nos puede llevar 5 o 6 años, y recuperar los 3,6 millones de empleos perdidos, 15 años: hasta el 2030 no volveríamos hasta donde estábamos en? el 2008. Por no hablar de los derechos laborales y sociales perdidos, por el deterioro de los servicios públicos, de los sistemas de protección, de las pensiones? Ahí ya es mejor no realizar estimaciones.

Esta insoportable demora en la recuperación está en parte explicada porque la economía española sale de la recesión con el freno de mano puesto, con problemas de fondo no resueltos que dificultan el crecimiento vigoroso que necesitamos. Algunos son históricos, como las debilidades de nuestra estructura productiva. Otros son más actuales, pero igual de graves.

El primero, la situación de la banca, que aún está digiriendo el empacho inmobiliario de sus balances y que no financia a las empresas y las familias ni en la cuantía ni en el precio -tipo de interés- que se necesita para crecer.

El segundo, pero el más importante, tiene que ver con el consumo de las familias, que es el motor del crecimiento económico. Un motor que esta gripado en España. Por el deterioro de la renta que provocan el desempleo y la caída de los salarios y de las pensiones. Por el miedo a perder el trabajo, por el empleo con bajos salarios, por el sobreendeudamiento de muchas familias, que destinan gran parte de sus ingresos a pagar la hipoteca de una vivienda sobrevalorada.

El tercero es la política económica impuesta por Alemania y verbalizada por el FMI, responsable de habernos traído hasta aquí y que ahora quieren profundizar proponiendo una nueva vuelta de tuerca a la reforma laboral y a los salarios. Si seguimos con esa política, con la austeridad y la devaluación interior, es posible que salgamos de la recesión, pero solo para entrar en el estancamiento, en una larga fase de crecimiento tan débil que no se traslade ni a la creación de empleo ni al bienestar de los ciudadanos, ni siquiera al equilibrio de las cuentas públicas.

Manuel Lago es Economista de CC. OO.