El PSOE, devastado por la profesionalización

Roberto Blanco Valdés
Roberto L. Blanco Valdés EL OJO PÚBLICO

OPINIÓN

22 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El PSOE tiene muchos motivos para estar profundamente preocupado por su futuro a corto y medio plazo, pero entre ellos uno destaca, a mi juicio, sobre todos los demás: los efectos devastadores que ha tenido sobre la organización interna la profesionalización de sus cuadros dirigentes.

¿Que cuáles efectos? Uno de modo primordial: la caída pavorosa del nivel medio de esos cuadros, en su gran mayoría personas que no han hecho otra cosa en la vida que política, saltando de cargo en cargo en el partido, en las instituciones o en ambos lugares a la vez. Esos cuadros son profesionales de la política, que viven de ella, y por y para ella, y que, como es lógico, ven con malos ojos -aquellos con los que se observa siempre a los competidores que pueden apearlo a uno de la silla- a cualquiera que se acerque al partido, percibido de inmediato como un adversario potencial en el reparto de los cargos políticos u orgánicos. Cabría decir aquí, parafraseando el conocidísimo refrán, que la víctima política de la profesionalización piensa que todos son de su condición.

Ocurre así que, si ya hay pocos estímulos para que quien puede hacer otra cosa con su vida se dedique a la política, la situación se complica de forma sustancial por la cerrazón de los dirigentes partidistas a facilitar la entrada de competidores potenciales en el reparto del botín, cerrazón que es tanto mayor cuanto más alta sea la capacidad y formación de quien golpea a la puerta del partido. Quien quiere entrar para pegar carteles, que sea bienvenido. Quien tenga otras pretensiones, que le den. Y más, claro está, cuando el botín a repartir ha quedado drásticamente recortado por derrotas electorales sucesivas.

¿Cómo es posible, si no, que en el momento en que más necesita el PSOE fortalecer su liderazgo dos profesionales de la política tan irrelevantes en todos los sentidos imaginables como Eduardo Madina o Carme Chacón piensen que podrían tener posibilidades de ganar?

En el PSOE de los años ochenta gentes como Madina o Chacón podrían haber aspirado con mucha suerte a ser concejales de sus ciudades respectivas, pero, carcomida la organización socialista por todos los vicios derivados de la profesionalización de la política elevada al grado máximo, profesionalización que lo ha dejado convertido en una pálida sombra de lo que fue tras el inicio del proceso democrático, hoy no es inimaginable que Madina o Chacón puedan vencer en una primarias para ser candidatos a la presidencia y que, de repetirse una situación de tormenta perfecta como la que llevó a Zapatero a la Moncloa, puedan llegar incluso a ganar unas elecciones generales.

Después de la nefasta experiencia del leonés, da pavor solo pensar en esa posibilidad. Pero en ningún sitio está escrito que tal catástrofe no puede llegar a repetirse.