El declive de Madrid

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

04 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Madrid, lamentablemente, ya no es lo que era. Se ha convertido en una ciudad sucia, triste, desabrida y decadente. Los datos son demoledores: deuda récord de más de 7.000 millones de euros; un 22 % menos de turistas en agosto mientras el resto de España vive un bum; el aeropuerto de Barajas superado por primera vez por El Prat en número de pasajeros. Hasta la maravilla de las maravillas, el Museo del Prado, prevé perder el 25 % de sus visitantes este año. Una ciudad en claro declive que lo fiaba todo a la gran apuesta de sus últimos alcaldes, los Juegos Olímpicos, y se ha quedado de repente sumida en una gran depresión, sin proyecto de futuro. Agarrada, si acaso, a los supuestos efectos benéficos de ese castillo en el aire que es Eurovegas, patrocinado por el magnate Sheldon Adelson, el mismo que amenaza con borrar Irán de la faz de la tierra con una bomba atómica y que exige cambiar las leyes españolas para venir. Basta recorrer las calles de la capital, incluidas las más emblemáticas, para observar la dejadez que transmiten, suciedad, deterioro del pavimento, tiendas cerradas. Y cada vez más personas pidiendo unas monedas y rebuscando en los cubos de la basura para poder comer. La oferta cultural, lúdica y nocturna también ha retrocedido claramente en los últimos años. La alcaldesa, Ana Botella, que no ha sido elegida en las urnas y cuyos méritos para llegar a tan alto puesto son desconocidos, será recordada por el relaxing cup of café con leche, sus penosos discursos o, lo que es mucho peor, por haberse ido a un spa de lujo en Portugal tras el desastre del Madrid Arena. Madrid necesita un nuevo impulso.