Mala pinta

Pablo Mosquera
Pablo Mosquera EN ROMÁN PALADINO

OPINIÓN

21 sep 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

Non hai outras falas. Su majestad no levanta cabeza. Ambos comentarios son la comidilla del pueblo llano, en relación al precario estado de salud del rey. Las alarmas en círculos médicos, acostumbrados a la inspección ocular como primera técnica de exploración diagnóstica, se dispararon con la imagen del monarca presidiendo la apertura del año judicial, que además se presume muy difícil por la calidad de los procesos pendientes.

Tras la inspección vimos a un hombre que da impresión de mal estado general, con enormes problemas de movilidad. Es como si hubiera retrocedido en su recuperación tras las intervenciones practicadas. Vuelve a estar hinchado. Y, lo más preocupante, su propia capacidad para disimular su enfermedad, incluso con despistes no habituales.

Nos llega la noticia que no es sorpresa. El rey no puede seguir prestando sus servicios públicos como jefe del Estado. Lo que ya no está claro son las causas del empeoramiento en su estado de salud -esperemos que se quede en la infección que aducen los médicos- y las razones que obligan a consultar a la Clínica Mayo en Estados Unidos, aunque el llamado sea un médico lugués. España y su Estado de las autonomías pueden y deben presumir de un magnífico elenco de médicos especialistas en el sector público. Nuestro Servicio Nacional de Salud es puntero en técnicas diagnósticas y terapéuticas. La inmensa mayoría de los médicos con éxito en clínicas privadas o siguen trabajando en el sector público o estuvieron en él, formándose.

Los problemas osteoarticulares de un varón de 75 años son patología habitual en nuestros hospitales públicos, con una fantástica probabilidad de éxito en la recuperación del paciente.

¿Cómo no confía el monarca en esa excelente sanidad pública? Solo puede deberse a otra cuestión: las medidas de seguridad que deben tomarse en un centro sanitario. Incluso las medidas para garantizar la más absoluta confidencialidad -derechos del paciente- sobre diagnóstico, tratamiento y pronóstico de la enfermedad real, que nunca mejor dicho no termina de poner al jefe del Estado en disposición de realizar su agenda.

¿Qué está sucediendo con la salud del monarca, y cuál es la razón de tener que consultar a Norteamérica? Mayo tuvo y tiene enorme prestigio, si bien, desde hace años, los facultativos españoles no sienten la necesidad casi mágica de acudir alguna vez a sus instalaciones, ya que España disfruta, por ahora, de una sanidad muy avanzada.