El fenómeno Usain Bolt

Xosé Ramón Castro
Xosé Ramón Castro FONDO NORTE

OPINIÓN

19 ago 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

B olt ha traspasado las fronteras de un deporte como el atletismo. Sus marcas, sus triunfos y sus medallas lo colocan en el altar de los mitos y le dan una dimensión social que jamás alcanzara un atleta sobre el tartán. Por encima, añade a su velocidad de vértigo una puesta en escena que encandila. Igual de necesaria que sus estratosféricos registros para atraer al gran público a un deporte tan universal como a veces desconocido y salpicado con demasiada asiduidad por la lacra del dopaje.

Usain, que llegó como un mesías llovido del cielo, se ha convertido en el más grande de todos los tiempos en Moscú. Nadie había ganado ocho oros y dos platas en citas de rango mundial, además ostentando las mejores marcas de siempre en las tres principales pruebas de la velocidad: 100, 200 y el relevo 4x100.

Su talla en el mundo del deporte tan solo es equiparable a las grandes estrellas del fútbol, a Phelps, Federer, Nadal y poco más. En su disciplina ya no encuentra parangón. Ayer dejó atrás a Lewis, antes se comió a Johnson y de los demás ya nadie se acuerda. En lo social, se ha convertido en la cara de Jamaica, un icono a la par de Marley. Y en lo económico, una fábrica de dinero. Que le pregunten a Puma. Un fenómeno.