H oy acaba el campeonato mundial de atletismo de Moscú en el que, si todo va como parece, Usain Bolt será la máxima estrella. Ganó los 100 metros lisos con una marca de 9,77 segundos, lo que, para algunos comentaristas, indicó que no está como cuando logró su récord mundial de 9,58 segundos en Berlín (la diferencia equivale a unos 2 metros). La física echa por tierra ese comentario, al tener claro que gran parte del esfuerzo se emplea en romper la resistencia del aire. Cuando hizo 9,58, el viento le soplaba a favor a 0,9 m/s; si el viento estuviese en calma, la marca habría sido de 9,68 (¡con 2 m/s a favor hubiese hecho 9,46!), que ya es más comparable a la de este lunes. Pero eso no es todo: ese día en Moscú corrió con viento en contra de 0,3 m/s y, además, con lluvia, cuyo impacto en el cuerpo lo frenó aún más. Los efectos nocivos de viento y lluvia se vieron perfectamente sobre el extenso cuerpo de Bolt porque, a diferencia de Berlín, salió rezagado. Y es que la arrancada es su momento más crítico: es ya un poco antes del primer segundo de carrera cuando debe dar su pico de potencia, unos 2.600 vatios.