Geometría variable de Merkel-Cameron

Albino Prada
Albino Prada CELTAS CORTOS

OPINIÓN

15 abr 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

La desaparición de escena de Sarkozy y la reelección del republicano Obama parecen estar propiciando el acercamiento entre los dirigentes conservadores europeos Merkel y Cameron. Y ello a pesar de que al Reino Unido no se le espera en el club del euro y, sobre todo, después de que Cameron haya amenazado con una salida de la UE. Estamos ante un acercamiento al hijo pródigo. Hay, sin embargo, puntos de encuentro entre ambos mandatarios. Su coincidencia en un Estado europeo mínimo (en presupuesto y competencias) y su concepción de una construcción europea flexible con acuerdos intergubernamentales al margen del actual Tratado. Coinciden en no superar el 1 % del PIB europeo que ahora maneja la Comisión y en mantener el Parlamento a la sombra del Consejo Europeo. En lo que se ha llamado federalismo ejecutivo de los Estados. Un enfoque ultraliberal en el que el mercado común lo es todo, pero en el que soberanía y ciudadanía compartida no pintan casi nada. Es así como Merkel gobierna la eurozona desde Fráncfort: sin Tesoro europeo, sin presupuesto a su altura, sin eurobonos, sin preocuparse del crecimiento o del desempleo. Lo hace con un sindicato de prestamistas (la troika) que actúa a impulso de la prima de riesgo, la nueva moneda nacional de los eurogrilletes. Y con el mantra de la austeridad y la obsesión por la inflación. Un enfoque bancario de la Unión del euro del norte que está abriendo una sima y llevando al desastre a la Unión Europea del sur.

Sin olvidar que para la City británica, cuyos intereses representa Cameron, son intocables sus paraísos fiscales (Isla de Man, Gibraltar, Islas Caimán, Islas Vírgenes), su soberanía bancaria en la UE y su euroescepticismo hacia una tasa sobre transacciones financieras. En esto coincide con Austria, Luxemburgo, Lietchestein, Andorra, Chipre, Malta, Mónaco o San Marino, enclaves europeos (algunos en el euro) que son paraísos fiscales para personas con domicilio en el extranjero. Y aunque de superar estas repúblicas bananeras bancarias conseguiríamos recursos públicos que permitirían multiplicar por diez el presupuesto y anclar un Tesoro Público que necesita la Unión Europea, para liberarse de los actuales eurogrilletes y de la depresión, saben muy bien Hollande y Bersani que nada de esto está en la agenda. Para Alemania es música celestial.

Debemos aprender más del acercamiento Merkel-Cameron: es posible estar fuera del euro (Francia, Italia, España?) y ser considerados más atentamente que dentro. Y practicar la heterodoxia que se permite el Banco de Inglaterra (como el de Japón o EE.?UU.), en contraste a la solitaria ortodoxia del BCE de Fráncfort. Esa letal y solitaria ortodoxia que los hijos no pródigos estamos obligados a soportar.