La lupa de Pla

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

15 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Pla es fusión antes de que otro catalán, Ferran Adrià, pensara en ella. En Josep Pla, en su obra, se fusionan acontecimientos periodísticos de un relieve enorme, la República, etcétera, con la vida del payés en el silencio del pueblo. Pla es el hombre que decía que solo fumaba para encontrar el adjetivo correcto con el que poner el broche a la frase. Pla era un irónico que veía pasar el tiempo y que describía el paisaje como si lo fuese colocando sobre el horizonte. Aquí unas montañas, allí el descenso al mar, hacia las olas, allá el azote o la bendición, según se entienda, de la tramontana. Pla es un imprescindible y ahora se recupera en una edición revisada, El cuaderno gris. Pla sabía que la vida está llena de colores y de toda la gama de adjetivos de débil y mísero a dionisíaco y ofensivo. Era un experto en mirar para admirar. Calmado como una naturaleza en calma, sabía muy bien que lo único que se podía dejar que se precipitasen eran las borrascas. De la alegría se vuelve a la tristeza, muchas veces, por el camino de la reflexión. Pla: «El juicio de Nietzsche: la belleza es el riesgo, ¿qué quiere decir? Quizá quiere decir que la belleza es lo contrario del espíritu que impera en este país». Escribir es observar. La lupa de Pla, el laboratorio de la realidad.