La Liga española, al mando. O habría que decir más bien: el Madrid y el Barcelona. El once del año pasado que posó en la gala de Zúrich estaba todo formado por futbolistas que juegan aquí. Cinco del Madrid, cinco del Barcelona, con la guinda de Falcao, esa metralleta de meter goles del Atlético. No hay más, parece que quiso decir el jurado. Es casi el mismo guion que en el año 2011. Se cayeron dos de las estrellas del United, Vidic y Rooney, para hacerles sitio a Marcelo y a Falcao. En ese equipo de fenómenos hay hasta seis españoles. Pero las decisiones siempre traen una cola de comentarios. Y así como Del Bosque echó en falta a Busquets, uno de sus favoritos, otros como Mathäus criticaron con fuerza que todos los jugadores fuesen de la Liga española y que estuviesen concentrados en dos clubes. Mathäus reivindica a jugadores alemanes como Neuer o Schwensteiger. Tampoco se vio bien la elección desde Italia, donde no comprendieron que la manija de la selección y de la Juventus, Pirlo, no estuviese en el grupo de elegidos. No falla. Imposible gustar a todos.