A l inicio del año se informaba desde el Ministerio del Interior acerca de la accidentalidad en el tráfico español durante el 2012. Es importante el descenso en el número de personas muertas, respecto de años anteriores: 1.729 fallecidos. Bien, pero tal vez sería bueno añadir otro dato, cual es el señalar el número total de víctimas del tráfico, es decir, de personas muertas o heridas, en igual tiempo: han sido 123.000 las víctimas del tráfico. No todo es progresión.
¿No estamos ante un gravísimo problema social? ¿Cuántos dramas subyacen bajo estas cifras? ¿Cuántas personas heridas volverán en plenitud a la vida ordinaria o cuántas habrán de soportar limitaciones irreparables? No es difícil entender por qué la OMS, en sus análisis, aludía al tráfico titulándolo «reverso de la prosperidad».