La sucesión en el PSdeG-PSOE

Arturo Maneiro
Arturo Maneiro EL VENTANAL

OPINIÓN

07 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Una vez calmado el panorama electoral por unos años, la sucesión del líder de los socialistas de Galicia centra toda la atención del PSdeG. El actual presidente de la Diputación de Lugo, José Ramón Gómez Besteiro, un hombre de mentalidad comercial y secretario provincial de su partido, se va haciendo hueco y se consolida como aspirante a secretario de los socialistas de Galicia. La situación de los demás barones le deja las cosas muy fáciles: José Blanco y López Orozco no acaban de verse libres de imputación judicial; Abel Caballero continúa parapetado en su reducto de Vigo, que, por cierto, ocupa sin respaldo mayoritario de la sociedad viguesa; Pachi Vázquez ha sido derrotado en las urnas, y Francisco Caamaño necesita más tiempo para ser considerado como socialista gallego antes de aspirar a tener mando de verdad. Tampoco hay que perder de vista los movimientos del expresidente Touriño.

Sin embargo, creo que la elección del sucesor de Pachi Vázquez no es el principal problema que tiene el PSdeG-PSOE en Galicia. Su problema fundamental es que no conecta con una gran parte de la sociedad de esta tierra. No acaba de conseguir el respaldo real de las urnas. No suele gobernar en las grandes ciudades con el apoyo de sus habitantes, sino con el del Bloque o de otros minoritarios. No gana las elecciones autonómicas desde que se celebran en Galicia, a pesar de que sus candidatos han sido muy distintos.

Por lo tanto, el sucesor de Vázquez tendría que pensar si se decide a poner en práctica una política que responda al sentir mayoritario de los gallegos o si prefiere esperar a que la sociedad gallega cambie de forma de ser, de pensar y de elegir. El nuevo secretario general tendrá que decidir si su partido va a ser uno más entre los minoritarios de la oposición, haciendo siempre seguidismo de los más radicales, o si va a llevar a cabo una política propia, diferenciada y específica que le permita algún día poder gobernar con el respaldo de las urnas, sin formar una UTE de minoritarios.

Todo dependerá del sucesor.