Dinero

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

23 dic 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Es bueno recordar, precisamente hoy que no hemos ganado ni la pedrea, que el dinero no garantiza la felicidad, aunque, según Woody Allen, proporcione una sensación bastante parecida. Basta con ver a los Hijos de papá, de Cuatro, que ganan adeptos con un remedo de Paris Hilton y declaraciones del calado de «lo tengo todo y, si no lo tengo, se lo pido a mi padre».

Resulta obvio que el programa es una pamema. Una se niega a creer que sea posible llegar a los veinte años con el cerebro tan vacuo, como tampoco concibe que una madre capaz de sostener a un hijo que se gasta 4.000 euros en cinco minutos, desnortado como Michael Jackson, decida a renglón seguido darle su primera lección poniéndolo a fregar platos ante las cámaras. Encerrados en su burbuja artificial, han convertido su fortuna en una bufonada.