Las artimañas de Assange

Rosa Paíno
Rosa Paíno APUNTES

OPINIÓN

17 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

J ulian Assange saboreaba en su refugio en la Embajada de Ecuador el dilema en que ha embarcado al Reino Unido, abocado a resolver la crisis sin violar las leyes internacionales ni causar un conflicto diplomático. Su amistad con Rafael Correa le ha reportado un aliado que se muestra dispuesto a protegerlo de las garras de EE. UU., que sueña con hacerle pagar la filtración de 700.000 documentos secretos. El ecuatoriano es uno de los pocos aliados que le quedan a Assange, ya que con el tiempo ha ido perdiendo su áurea de salvador, y la mayoría de los medios que difundieron sus cables se distanciaron de él, al igual que varios de sus colegas de Wikileaks. La solución a su nueva artimaña está en manos ahora no ya de los jueces sino de los gobernantes de Ecuador, Suecia, el Reino Unido, y en la sombra los de Estados Unidos.