Terrorismo islamista en España

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

06 ago 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la desaparición de la Unión Soviética en 1991, el enemigo número uno de la paz mundial, al menos para la mayoría de Occidente, fue el comunismo. A partir del 11 de septiembre del 2011, ese puesto lo ocupa esa organización, opaca y siniestra, denominada Al Qaida.

Para entender cómo se originó debemos retrotraernos a la primera guerra de Afganistán, de 1978 a 1992, donde se enfrentaron la URSS y Estados Unidos, la primera con su Ejército y los segundos apoyando con dinero, armas y asesores a los voluntarios afganos. La lucha contra el comunismo atrajo a musulmanes de todo el mundo, que fueron financiados por Arabia Saudí.

La autorización saudí, en 1991, a que tropas norteamericanas se instalaran en su territorio para lanzar una ofensiva contra Irak soliviantó a los veteranos de Afganistán por considerarlo una profanación de su tierra santa. A raíz de ello, los veteranos liderados por Osama bin Laden crearon una red de células independientes denominada al Qaida. Estas células están integradas por fanáticos musulmanes que interpretan la obligación de la yihad o lucha externa contra lo que ataca su fe, como una guerra directa contra todo lo que no es musulmán. Nada mejor para ello que los atentados terroristas. La detención de tres presuntos miembros de Al Qaida demuestra que, a pesar de la muerte de Bin Laden y de las dudas de muchos, el terrorismo islamista sigue siendo una amenaza muy grave y real.