El IVA y las pensiones

Xaquín Álvarez Corbacho
Xaquín Álvarez Corbacho LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

17 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

E l ensañamiento de las políticas aplicadas por el Gobierno de Rajoy no solo destroza a los trabajadores públicos y a los parados, también los pensionistas pueden ser un colectivo muy perjudicado por la subida del IVA. El deterioro que se produce en sus economías se explica por el mayor coste de su consumo futuro, que afecta en general a la totalidad de la pensión, pero también por la reducción de dos puntos en las cotizaciones sociales escalonadas en los dos próximos ejercicios 2013 y 2014.

¿Cuánto supone esa reducción de dos puntos porcentuales en las cotizaciones de la Seguridad Social? Nosotros estimamos una cantidad anual que puede oscilar entre 1.500 y 1.800 millones de euros, magnitud relevante que reduce la capacidad financiera de la Seguridad Social y por tanto el mantenimiento de las prestaciones económicas que otorga (pensiones y desempleo). Los beneficiarios de la medida son siempre los empresarios, si bien el funcionamiento del sistema tiene otras complejidades y consecuencias que intentaremos resumir a continuación.

En efecto, estamos ante un escenario donde pueden producirse dos situaciones distintas, admitiendo que la cuota empresarial se traslada al trabajador, vía reducción de salarios, como demuestra la evidencia empírica y la investigación realizada al respecto. La situación primera, defendida por la doctrina neoliberal, es que una parte de los mayores recursos del IVA se destinen a compensar los menores ingresos de la Seguridad Social por reducción de las cuotas empresariales. De este modo, añaden los neoliberales, la Seguridad Social no pierde capacidad financiera y las empresas mejoran su competitividad al reducir los costes laborales. Pero la realidad es distinta. Si la cuota empresarial ya la pagan los trabajadores, su reducción beneficia solo a los empresarios. La segunda situación se produciría si la subida del IVA no compensa los menores ingresos de la Seguridad Social por reducción de cuotas empresariales. En este caso, las empresas mantienen sus beneficios, pero las pensiones tendrán que reducirse para ajustar el sistema a los menores ingresos derivados de minorar las cotizaciones sociales. Y esto sería ya más grave.

Por eso urge preguntar: ¿hacia dónde nos dirigimos? El inventario de ganadores y perdedores roza ya las fronteras donde los equilibrios sociales son difíciles de mantener. Los trabajadores asalariados son muchos, los parados también, y los jóvenes y los pensionistas, y los enfermos, y los dependientes? ¿Hacia dónde vamos? ¿No tiene dudas el Gobierno? ¿No identifica y mide el resultado de sus decisiones? Porque la economía no funciona con absolutos. Y la política es el arte de equilibrar intereses y poderes distintos para conseguir avances civilizatorios.