En 1905 Einstein publicó un artículo titulado Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento, con el que ponía sobre la mesa su teoría de la relatividad, uno de cuyos pilares es que ninguna información ni masa puede viajar a mayor velocidad que la luz (300.000 km/s). Les cuento esto al calor del anuncio de que unas partículas llamadas neutrinos podrían superarla. A mis alumnos de electrodinámica les muestro que puede haber magnitudes que corran más que la luz, sin violar ningún principio físico: imagine que tiene un foco lo suficientemente potente como para iluminar toda la luna; si en ese momento dispara una bala delante del foco, su sombra en la luna irá a más de 300.000 km/s. Pero es la bala y no la sombra lo que cuenta; sería como decir que alguien mide tres metros porque su sombra mide tres metros. Ahora bien, esto de los neutrinos es muy diferente; de confirmarse, sería la noticia del siglo: algo fallaría en la teoría de la relatividad (¡podríamos contactar con el pasado!) o incluso habría que pensar que, si corren tanto, es porque han hecho menos camino, atajando a través de otra dimensión.