CONFIESO QUE Paris Hilton era para mí un hotel de la Ciudad de la Luz, porque, inconscientemente, ponía una tilde y convertía Paris en París. Ahora me entero de que es una famosa mujer que hubo de ir a la cárcel por conducción temeraria. A estas alturas ignoro por qué es famosa. También me descoloca que Paris sea una mujer, cuando en la mitología Paris era un señor, hijo de Príamo, rey de Troya. En el famoso cuadro de Rubens El juicio de Paris se le ve decidiendo entregar la manzana de la discordia a Afrodita, con el consiguiente enfado de Hera y Atena. Frente a mi ignorancia, Juan Manuel de Prada ( El Semanal del día 3 del pasado mes de junio) confiesa que lee todo lo que se publica sobre Paris Hilton. En su artículo, cuenta cómo se la encuentra en un restaurante chino de Los Ángeles y describe -con todo lujo de detalles- su vestimenta, sus andares, su séquito de tías tontísimas que ríen sin venir a cuento, etcétera. Además, Paris Hilton lleva las piernas y los hombros desnudos para lucir el bronceado de Malibú, o tal vez de rayos infrarrojos ( sic ). Las inculturas de letras no se perdonan, pero las de ciencias pasan desapercibidas. El bronceado (la pigmentación de la piel) se consigue por la acción de las radiaciones ultravioleta y no por las infrarrojas, que no tienen energía suficiente para activar una proteína, situada en la superficie de las membranas celulares, que envía una señal a las células para que produzcan melanina, el pigmento que protege de la radiación ultravioleta y es responsable del bronceado. Del sol recibimos radiación infrarroja (IR), luz visible y radiación ultravioleta (UV), en orden creciente de su energía. La parte IR calienta, la visible es para los videntes la principal fuente de información del mundo que nos rodea, y la UV, la más energética, broncea y puede producir mutaciones en la piel, si no se toman las precauciones adecuadas. Aunque de momento el sol no parece tener demasiada presencia entre nosotros, permítanme darles una recomendación: protéjanse de la radiación ultravioleta este verano y olvídense de la radiación infrarroja.