Cine español

OPINIÓN

04 mar 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

EN LOS últimos veinte años, y salvo varias excepciones, el cine español ha sido, básicamente, un cine contra los votantes del PP, lo que, unido a que ha sido también un cine de baratillo y no poco chabacano, ha provocado el rechazo de muchos de esos ciudadanos que saben que con sus impuestos se están dando subvenciones a los que los insultan desde la pantalla y en manifestaciones callejeras o entregas de premios. El resultado, malo para todos, ha sido la pérdida constante de espectadores y de recaudación. Así y con datos oficiales, en 1999, de 89 películas españolas estrenadas, dos tuvieron más de un millón de espectadores; tres, entre quinientos mil y un millón; 18, de cien mil a quinientos mil; y 66, menos de cien mil espectadores. En el año 2006, de 118 películas españolas estrenadas (un número excesivo para un país como España), cinco tuvieron más de un millón de espectadores; ninguna estuvo entre los 500.000 y el millón; 23 tuvieron entre 100.000 y 500.000, y 90 películas sólo alcanzaron cifras inferiores a los 100.000 espectadores. Y en televisión, en el ránking de las 500 películas más vistas en el 2006, el cine español sólo ha logrado colocar 31 títulos, un 6,2%, según datos de Sofres. En el análisis inverso, el cine español posiciona cada vez más títulos entre las 500 películas menos vistas en televisión. En el 2006, 187 películas de las 500 menos vistas eran españolas, un 37,4%. El número de títulos españoles que entran en este ránking de las menos vistas ha aumentado, año a año, en los últimos cinco. A pesar de todo, la apuesta de la televisión por el cine español se ha ido incrementando. De todas las emisiones de cine en el 2006, un 18,4% eran españolas, un porcentaje que ha ido creciendo cada año, pasando de un 16,3% en el 2000 a un 18,4% en el 2006. Este cine español emitido obtiene un 12,9% de cuota (606.000 espectadores), un 3,1% menos que el promedio de audiencia obtenido por el cine no español, que fue del 16,0% (1.445.000 espectadores). Hay que destacar que en televisión está descendiendo toda la audiencia del cine. En 1999, José María Aznar aprobó la vigente ley que obliga a las televisiones privadas a invertir en cine el 5% de sus ingresos brutos anuales. Quienes se la propusieron le dijeron, entre otras cosas, que era la solución para el cine español y que tendría el voto del llamado mundo de la cultura . Los resultados industriales y de espectadores, a pesar de los más de 800 millones de euros de las televisiones, ya se han visto, y en lo tocante a lo otro, en lugar de votarle, con v, lo botaron, con b, a las primeras de cambio y con manifestaciones e insultos de propina. Desagradecidos.