Información en la página 23 COMO buen machista, a buen seguro que el abandono del hemiciclo con el que las diputadas del PSOE y de IU recriminaron el comentario de Eduardo Zaplana contra la vicepresidenta Fernández de la Vega, más que con rubor, lo habrá recibido como un indisimulado halago. Paradojas del destino, uno de los representantes del sector duro del PP ha hecho impactar su sorna de macho contra una de las más fervientes feministas del Gobierno Zapatero. Los atuendos tradicionales de Mozambique que utilizó la vicepresidenta en su viaje oficial a África le merecen a Zaplana el calificativo de disfraz, y la conmina a que se vista de vicepresidenta y cumpla con su obligación. Una deliberada traición del subconsciente en ese mestizaje de ideas suyo entre discriminación e igualdad.