El perfil de Francisco Vázquez

| GERARDO G. MARTÍN |

OPINIÓN

14 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

CONOCÍ a Francisco Vázquez en el peor escenario para suponer que terminaría por admirar su trabajo. Nos movíamos en el Parlamento de Galicia de la primera legislatura, inicialmente en el incómodo palacio de Gelmírez. La ley de sedes, que algunos tildaban erróneamente de ley de la capitalidad, constituyó uno de los más firmes enfrentamientos, él en las filas del PSOE, yo en las UCD, donde ya había diferenciado mi mensaje de otros, cuando en el Congreso regional del partido en Lugo se trató el tema. Defendí siempre Santiago, lo que se convertiría en doctrina oficial de la formación centrista, aunque fue obligada la libertad de voto porque algunos coruñeses convirtieron el tema en asunto de conciencia. Por entonces, la impresión que yo tenía era que Paco Vázquez intentaba destronar de la cabecera del centrismo exacerbado coruñés a José González Dopeso, a la sazón también diputado gallego. Luego hubo no pocos motivos de fricción que no vale la pena recordar. El prolongado paso de Vázquez por la alcaldía, y más que eso su eficacia, porque los largos servicios en sí mismos tienen escaso valor, me ha convertido en uno de tantos gallegos que, lamentando algunos aspectos de la personalidad política del personaje, admiramos su bien hacer. En mi propio entorno he comprobado cómo muchos vigueses que le negaban el pan y la sal a Marineda terminaban por caer rendidos ante sus encantos y por las innumerables innovaciones acertadas de la era Vázquez. Soy de los que creen que Vázquez intentará no irse del todo de la política gallega. Nos deja la convicción de que se ha equivocado no pocas veces, pero no es menos cierto que en la tarea que él siempre ha considerado prioritaria, el servicio a la ciudad de A Coruña, ha merecido un sobresaliente cum laude. Hay demasiados cargos públicos que han errado, cuando menos, tantas veces como él, pero muy pocos que hayan acertado de manera tan rotunda a la hora de responder a las necesidades y aspiraciones de sus conciudadanos.