Escandalizados

OPINIÓN

28 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

SI NO hay dos Españas, al menos hay dos bandos de españoles que se muestran muy escandalizados estos días. Por un lado están, los que se escandalizan porque «los otros» quieren romper España (y no se refieren a Los Otros de Alejandro Amenábar, fantasmas ellos, sino a otros españoles de verdad). Por otro lado están los que se escandalizan, como Santiago Carrillo (y cito textualmente), por «la ola de histeria política desencadenada en torno a la ficción de que la unidad de España esté en peligro». En éstas estamos. Y no hay traza en el horizonte de que vaya a escampar. Al final se cumplió el vaticinio del independentista Joan Puigcercós, portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, cuando dijo que el Plan Ibarretxe sólo había sido «el entremés» del debate territorial y que «el plato fuerte, la gran tormenta, se produciría con las reformas que provinieran de Cataluña». Acertó. Aunque yo creo que ni él era capaz de predecir entonces el grado de inconstitucionalidad del proyecto de Estatuto catalán. Tiró por elevación y dio en la diana. Y ya está el patio como él quería: bajo «la gran tormenta». ¿Y ahora que hacemos? No se trata de darle más cuerda a la cometa, sino de afrontar el problema y resolverlo. Y, a poder ser, sin escandalizarnos más.