Americanos

La Voz

OPINIÓN

CARLOS G. REIGOSA | O |

03 ene 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

LOS europeos tenemos nuestros americanos preferidos que, paradójicamente, no coinciden con los que tienen los propios estadounidenses. Lo hemos visto hace poco con Woody Allen llenando en España grandes salas como intérprete de jazz. En su adorada Nueva York toca en la intimidad de un pequeño club que, cuando se llena, es precisamente gracias a la curiosidad de los turistas europeos. Y lo mismo ocurre con su cine, que suma más espectadores sólo en Francia que en Estados Unidos. Otro caso lo tenemos en el cineasta Michael Moore, el que intentó descabellar a Bush con Farenheit 9/11 . Aclamado en Europa, es visto con recelo en EE.?UU., donde ahora rueda una película contra las empresas farmacéuticas en un entorno hostil en el que no le llueven precisamente las facilidades. La América profunda se pregunta por qué ataca «aquello» que ellos tanto aman: su forma de vida, su poder, su religiosidad. El tercer ejemplo podría ser la escritora Susan Sontag, recientemente fallecida. En Europa fueron muchos los periódicos que llevaron su óbito a primera página y dieron cumplida información de su obra. En Estados Unidos, numerosos medios todavía no han dado la noticia. ¿Se ven las diferencias?