NO COMPRENDO cómo en España se le ha dado tan poca importancia al anuncio de este gran acontecimiento que va a tener lugar en la ciudad de Cuzco (Perú), el próximo día 9. Allí se reunirán los líderes de diez países suramericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay, Uruguay y Venezuela), para proclamar al mundo que el sueño de San Martín y Bolívar se va a hacer realidad con el nacimiento de la Unión Suramericana. Dentro de la tendencia sociopolítica que se está produciendo en todo el mundo, cuando actúan sobre los estados-nación fuerzas disgregadoras y de fractura, a nivel de los continentes también se puede observar un claro efecto contrario, las naciones se unen para abordar la andadura de los nuevos tiempos de la globalización. Es el principio físico de la acción y la reacción, aplicado a la marcha de la humanidad hacia el gobierno mundial. Al igual que ha hecho Europa con la Unión Europea, que hizo Rusia con la Federación de las Repúblicas ex soviéticas, que intentan los Estados Unidos con México y Canadá, ahora, las repúblicas de estirpe iberoamericana se quieren unir políticamente con el principio de «la unión hace la fuerza». Con ello los países suramericanos esperan presentarse ante el mundo con una sola voz, en defensa de esa región que para españoles y portugueses también supone un interés especial, por compartir con ellos historia y cultura. Esta unión política representa un espacio de gran valor estratégico y geopolítico, con enormes reservas de alimentos, agua y recursos energéticos todavía sin explotar. Pero también hay que reconocer los grandes déficits políticos y sociales que afectan a las poblaciones de los países que ahora quieren unirse. Surgirán muchos problemas, pero no hay duda de que «se hace camino al andar», y bueno será que arranque de una vez superando las dificultades que encontraron los intentos anteriores de la Comunidad Andina y el Mercosur.